- ¡Qué preámbulo! - dice Dios en esta viñeta leyendo la Declaración de los Derechos Humanos - No había leído nada tan bueno desde el sermón de la montaña.
Y es que el sermón de la montaña nos lleva a respetar lo humano como sagrado. Es así como encontramos el deber de unirnos todos, sin destruir nuestras diferencias, bajo un mismo proyecto: la humanidad.
Que esta imagen nos sirva para que la fe no se convierta en un listado de doctrinas dogmáticas, sino en fuente de auténtico respeto por la vida y por la Vida.
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