Oración Ecuménica de Pentecostés
EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGOUn fraternal saludo
EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGOUn fraternal saludo
¡Benditos seáis los odiados,los tremebundos maldecidos,los eternos vencidos y eternos desterrados,en pasajeras cuevas y tranhumantes nidos!¡Benditos, oh judíos, desterrados de España!Dueños de oro y del trabajo,fuisteis los proveedores de ruecas e incensarios;os pidieron favores los hidalgos precarios,dominasteis arriba y ayudastes abajo.En el nombre del Desolladoy atrozmente Crucificadopor quien fue judío malvado,consagro estos versos de biena quen es ignorado, y quiencon Dios será un día también.Divinos ojos, divinas bocas,de la Rebecas y de las Saras,cándidos velos y negras tocas,perfumes, cuentas, sonrisas raras,gestos esquivos, y caprichosascosasde esas mujeres avarasde las rosasde sus caras,y dueñas, en sus ojos, de una luz infinita,que hace mirar profundos horizontes,y con fuga de barcos y visiones de montesla gente misteriosa de la raza semita.
La naturaleza es, en su esencia, la encarnación de mi Nombre, el Creador.Sus manifestaciones son diversas y, en esta diversidad,los hombres clarividentes pueden ver los signos.La naturaleza es la voluntad de Dios,es su expresión dentro del mundo contingente y a través de él.Es una ley de la Providencia promulgada por el Muy Sabio.(El libro más sagrado)
Dios eterno y misericordioso,
a ti, que eres un Dios de paz,
de amor y de unidad,
te pedimos, Padre, y te suplicamos
que reúnas por tu Espíritu Santo
todo lo que se ha dispersado,
que reúnas y reconstituyas
todo lo que se ha dividido.
Concédenos convertirnos a tu unidad,
buscar tu única y eterna verdad
y abstenernos de toda disensión.
Así, no tendremos más que un solo corazón,
una sola voluntad, una sola ciencia,
un solo espíritu, una sola razón.
Y totalmente vueltos
hacia Jesús nuestro Señor,
podremos, Padre,
alabarte con una sola voz y darte gracias
por nuestro Señor Jesucristo
en el Espíritu Santo.
Amén.
En verdad nada revela tan claramente el poder del Señor Oscuro como las dudas que dividen a quienes se le oponen. Sin embargo, hay tan poca fe y verdad en el mundo (...), que no nos atrevemos a tener confianza. (...) nuestras manos están más a menudo sobre los arcos que sobre las arpas.Estas palabras son de Haldir, un personaje del mundo de Tolkien, en el Señor de los Anillos. Pero por el hecho de venir de un mundo de fantasía, no pierden su sentido y claridad.
Padre, no permitas que el miedo nos haga sustituir el canto por las armas.
Otra vez no.
Hoy han compartido conmigo ciertas reflexiones de la jornada mundial de oración y al leerlas me ha venido esta preciosa oración del hermanito Carlos de Foucauld.
Aunque se dirija al Padre os la ofrezco a todos, no sólo a los cristianos. Porque la relación de cualquier creyente con su Dios (o con la trascendencia) es tan íntima que podría llamarle Padre:
Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que fuere, por ello te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo.
Lo acepto todo, con tal de que se cumpla tu voluntad en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre.
Te encomiendo mi alma, te la entrego con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.
Dame de esa Agua, Señor.
Dame de esa Agua que en forma de lluvia
empapa la tierra, la fecunda y la hace germinar.
Dame de esa Agua
que convierte lo estéril en fértil y productivo,
que riega los trigales para beneficiarnos del pan.
Dame de esa Agua,
la que corre limpia por arroyos,
la que purifica nuestras almas de tanta maldad.
Dame de esa Agua,
la que brota mansamente de los manantiales
para restaurar nuestras angustiadas vidas
por la falta de seguridad.
Dame de esa Agua,
el Agua pura y cristalina de la fuente
para saciar nuestra sed de justicia y paz,
para calmar nuestras ansias de unidad y libertad.
Dame de esa Agua
que nos posibilite una vida diferente,
que nos haga nacer juntos de nuevo