el que confiere los dones,
el que disipa las aflicciones,
verdaderamente te suplico a que perdones los pecados
verdaderamente te suplico a que perdones los pecados
de quienes han abandonado su vestidura física
y han ascendido hacia el mundo espiritual.
Oh Dios, purifícalos de sus trangresiones,
disipa sus tristezas y cambia su oscuridad en luz.
Oh Dios permíteles entrar en el jardín de la felicidad,
liípialos con el agua purísima y concédeles puedan admirar Tus Esplendores
por encima del más Sublime Monte.
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