18 abr 2009

Sefardí. De Rubén Darío

El trato injusto e injustificado que dio la Iglesia católica a los judíos hizo reflexionar a Rubén Darío, quien escribió un hermoso gesto de reconocimiento hacia ellos. Concretamente para los Sefardíes (judíos de España). 
El poema dedicado no es solo una disculpa por un trato poco ético, es mucho más; al aceptar que también están en el camino de la salvación ("con Dios será un día también"), se convierten en palabras de acercamiento interreligioso. 
Aquí queda: 

¡Benditos seáis los odiados, 
los tremebundos maldecidos, 
los eternos vencidos y eternos desterrados, 
en pasajeras cuevas y tranhumantes nidos!
¡Benditos, oh judíos, desterrados de España! 

Dueños de oro y del trabajo, 
fuisteis los proveedores de ruecas e incensarios;
os pidieron favores los hidalgos precarios, 
dominasteis arriba y ayudastes abajo. 

En el nombre del Desollado 
y atrozmente Crucificado
por quien fue judío malvado,
consagro estos versos de bien
a quen es ignorado, y quien
con Dios será un día también. 

Divinos ojos, divinas bocas, 
de la Rebecas y de las Saras, 
cándidos velos y negras tocas, 
perfumes, cuentas, sonrisas raras, 
gestos esquivos, y caprichosas 
cosas
de esas mujeres avaras
de las rosas
de sus caras,  
y dueñas, en sus ojos, de una luz infinita, 
que hace mirar profundos horizontes, 
y con fuga de barcos y visiones de montes 
la gente misteriosa de la raza semita. 

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